Cuando la vista empieza a fallar, empezamos a buscar soluciones, unos lentes no estarían mal, con la graduación necesaria y listo, vemos con claridad. Algo parecido pasa con nuestras acciones, a veces no vemos que estamos desperdiciando nuestro tiempo en actividades improductivas, el tiempo se nos escapa y lo triste es que no nos damos cuenta, que no vemos nuestras fallas. Ese pequeño ajuste no lo hacemos, no damos el primer paso, puede ser por rebeldía, porque estamos molestos porque intentamos una y otra vez el proyecto soñado y no ha pasado nada. La pregunta sería, ¿qué queremos de la vida? seguro tenemos la respuesta, pero la tenemos superficialmente, no creemos que lo que queremos lo podemos lograr, no luchamos por nuestros sueños y si lo hacemos lo hacemos con nuestras propias fuerzas. Hoy Dios está esperando para que le compartamos esa meta, es ideal, él nos puede graduar la vista para ver con claridad. Sólo hay que tener fe, Dios espera por nosotros, que tengamos fe en él, que confiemos en su palabra, con seguridad decir lo que queremos, lo que nos hace caminar pesados, lo que nos molesta, sería un buen inicio. Tengamos fe y veamos las maravillas que Dios tiene para nosotros.
Marcos 10, 50-52 Y él, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y se acercó a Jesús. Jesús le preguntó: ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego respondió: Maestro, que vea. Entonces Jesús le dijo: Puedes irte, tu fe te ha salvado. Y al instante pudo ver y siguió a Jesús por el camino.”
