Ten paciencia y confía en Dios, a veces parecería que no escucha nuestras oraciones, que nos abandona a nuestra suerte y claro, son momentos de angustia e incertidumbre. Se fuerte, avanza con paso firme y ten la confianza de que está planeando el mejor camino para tu vida, llora si es necesario para limpiar tu alma, pero sigue orando, sigue sirviendo en tu apostolado y si aún no lo haces es un buen momento para servir, el enemigo es abatido si a pesar de las adversidades seguimos con nuestra fe firme, llegado el momento Dios entrará en acción, sentirás su presencia, y la paz llegará a tu corazón. Recuerda que tenemos al mejor abogado, está preparando el caso, la mejor defensa para que el enemigo salga huyendo.
Salmo 68, 2-3 Cuando Dios entre en acción, sus enemigos se dispersan; los que le odian huyen de su presencia; desaparecen como humo en el aire, se derriten como la cera en el fuego; ¡ante Dios están perdidos los malvados!